"ARTURO ILLIA 1963 - 1966", por el diputado Gustavo Zuccari
El 28 de junio de 1966, tuvo lugar en la Argentina un nuevo golpe de Estado, con el fin de derrocar al gobierno democrático del presidente Arturo Illia. El mismo, fue substanciado por grupos económicos, vinculados a los intereses extranjeros, y con la manifiesta complicidad de los militares, y los sectores más retrógrados de nuestro país.
El ex primer mandatario fue toda su vida un ejemplo de honestidad y compromiso con los problemas del país. En tal sentido, una vez recibido de médico fue a trabajar a la ciudad de Cruz del Eje como médico de los obreros ferroviarios, luego de haber sido designado por el entonces Presidente Hipólito Yrigoyen.
En el año 1935, cuando Sabatini fue gobernador de Córdoba, Illia ocupó el cargo de Senador provincial, y trabajó duramente por la aprobación de las leyes para mejorar la situación del agro, entre ellas, las que posibilitaran comenzar un proceso de "Reforma Agraria".
Illia también desempeño cargos electivos y partidarios, tanto en su provincia adoptiva, como en el ámbito nacional. Pero el ciudadano común, - y quienes se encargarán de hacer justicia al historiar sobre Don Arturo - seguramente deberán concluir, en que si bien, es cierto que a Illia le tocó gobernar en un momento muy difícil para el país, no dudó un momento de poner lo mejor de sí para superar los problemas, consustanciado de su formación austera, honrada y progresista.
En ese sentido, de su gestión de gobierno podemos citar: la Ley de Medicamentos, la Anulación de los Contratos Petroleros, la Anulación de los Gastos Reservados, la Defensa de la Soberanía de Malvinas, la Garantía de las libertades Públicas, la Austeridad Republicana, y Política Exterior Soberana y la Solidaridad con los pueblos más frágiles, como así también, haber logrado implementar el mayor presupuesto para atender la Educación de toda la historia constitucional Argentina.
Los argentinos parecemos tropezar siempre con la misma piedra. En este sentido, deberíamos tener en claro que en cada golpe de Estado, desde el año 1930, los intereses que están detrás son los mismos, como así también, los argumentos que se esgrimen los golpistas.
El golpe del 28 de junio de 1966 fue una realidad, y su consecuencia fue un nuevo retroceso para nuestro país. De nada servirá recordar a Arturo Illia, si no aprendemos la lección de integridad que nos ha legado, como político, como demócrata y como persona.
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